El síndrome genitourinario de la menopausia o atrofia vaginal, afecta con frecuencia a mujeres menopáusicas y posmenopáusicas, ya que, es una afección en la que el revestimiento de la vagina se vuelve más seco y delgado debido a la falta de estrógeno.
La atrofia vaginal ocurre con mayor frecuencia durante la menopausia y esto sucede debido a una disminución de la hormona llamada estrógeno. También puede ocurrir en mujeres más jóvenes, cuando sus niveles de estrógenos se ven afectados.
Las hormonas son producidas, almacenadas y secretadas por el sistema endocrino, que es una red de glándulas y órganos.
Las mujeres necesitan la hormona del estrógeno para gozar de buena salud, especialmente durante los años fértiles y cuando la menopausia aparece alrededor de los 50 años, los ovarios producen menos hormonas y la mujer deja de tener el período.
Hay muchos síntomas incómodos para las mujeres durante ese tiempo, pero el primer signo de atrofia vaginal suele ser una disminución de la lubricación vaginal.
Los síntomas comunes son ardor, picazón, manchado y dolor con las relaciones sexuales, al igual que la micción frecuente y las infecciones del tracto urinario.
La atrofia vaginal es una situación que se puede controlar fácilmente gracias a la terapia con estrógenos, que ayuda a suavizar el impacto que supone en la vida de quienes la padecen.
Además, hay formas de evitar que la atrofia vaginal empeore, como evitar la ropa ajustada, los protectores diarios, las almohadillas perineales y cualquiera de los productos irritantes para su vagina como perfumes, desodorantes y espermicidas.
Para finalizar, aconsejo mantener una alimentación saludable ya que juega un papel importante en el equilibrio hormonal para mantener una buena salud vaginal, y prestar
atención a tu cuerpo que es el mejor indicador de tu estado de ánimo.
En cualquier caso, puedes contactar con nosotros sin compromiso, para disponer de información más detallada, en tu caso en particular.