La úlcera péptica o duodenal es una afección en la que se forman llagas o úlceras dolorosas en el revestimiento del estómago o en la primera parte del intestino delgado, más conocido como duodeno.
Normalmente, una gruesa capa de mucosidad protege el revestimiento del estómago del efecto de sus jugos digestivos, pero muchas cosas pueden reducir esta capa protectora, permitiendo que el ácido estomacal dañe el tejido.
Muchos casos de enfermedad de úlcera péptica se desarrollan porque una infección bacteriana erosiona el revestimiento protector del sistema digestivo y las personas que toman analgésicos con frecuencia tienen más probabilidades de desarrollar úlceras.
Tradicionalmente se solía pensar que el estrés o ciertos alimentos podrían causar las úlceras, pero no se han encontrado evidencias que lo respalden.
Sin embargo, hay dos causas principales que provocan las úlceras, una bacteria llamada Helicobacter Pylori y algunos medicamentos para aliviar el dolor como los analgésicos.
El síntoma más común de una úlcera péptica es un dolor abdominal sordo y ardiente, que se extiende desde el ombligo hasta el pecho, que puede variar de leve a intenso y en algunos casos, el dolor puede ser especialmente molesto durante la noche.
Por otro lado, hay que destacar que las úlceras pépticas pequeñas pueden no producir ningún síntoma en las primeras fases.
Otros signos comunes en la aparición de la úlcera péptica son el cambio de apetito, las náuseas, las heces con sangre u oscuras, una rápida pérdida de peso, indigestión, vómitos y, por último, dolor de pecho.
Para determinar si se tiene una úlcera péptica, el procedimiento médico que se lleva a cabo es una endoscopia digestiva.
Este procedimiento lo lleva a cabo un especialista que inserta un endoscopio, que es un pequeño tubo iluminado con una cámara diminuta, a través de la garganta hasta el estómago para buscar anomalías.
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