La hernia inguinal es una patología representada por la salida del contenido del abdomen a través de un orificio a nivel del canal inguinal.
Hay 2 tipos de hernias inguinales, las indirectas y las directas.
Las hernias inguinales indirectas o congénitas son causadas por un defecto congénito en la pared abdominal que es congénito, es decir, presente al nacer.
Las hernias inguinales directas o adquiridas, suelen presentarse en varones adultos.
En la mayoría de los casos, estas son causadas por una debilidad en los músculos de la pared abdominal que se desarrolla con el tiempo.
Los síntomas de una hernia inguinal se manifiestan de diferentes formas y entre otros incluyen:
Un abultamiento en la zona superior de la ingle. Éste se suele hacer más evidente cuando la persona permanece de pie, cuando se inclina, cuando tose, cuando hace ejercicio o cuando realiza algún tipo de esfuerzo como levantar peso.
En segundo lugar, la sensación de pesadez, debilidad, ardor o de dolor en la zona donde se encuentra el dicho abultamiento.
En tercer lugar, en ciertas ocasiones cuando el contenido herniario alcanza la bolsa del escroto, se puede generar dolor en los testículos.
Y por último, también puede producir malestar y algún dolor severo en dicha zona descrita así como náuseas y/o vómitos cuando se complican dichas hernias.
También las hernias inguinales pueden aparecer, no como un abultamiento sino como ciertas molestias de carácter leve o intermitente, al andar o al realizar algún tipo de esfuerzo.
Finalmente, hay que indicar que las hernias inguinales pueden aparecer tanto en uno como en ambos lados del abdomen.
En cualquier caso, puedes contactar con nosotros sin compromiso, para disponer de información más detallada, de tu caso particular.